A pesar que la Ciudad de Buenos Aires se propuso hace más de 10 años empezar un trayecto progresivo hacia la minimización de los residuos que terminan en rellenos sanitarios bonaerenses, los porteños generan 6.000 toneladas de basura periódicas y las iniciativas para fomentar el reciclaje hogareño siguen sin dar sus frutos. Ya sea por desconocimiento del tema, desinformación de qué forma cortar la basura o simplemente desinterés, el medio ambiente continúa pagando las consecuencias de nuestros malos hábitos.
“Muy por el contrario de lo cual propone la Ley de Basura Cero, venimos aumentando todo su producción. Cada porteño pasó de producir 1,3 kilos por jornada dentro de 1995 a 1,5 kilos en 2018″, dijo a Infobae Arturo Pozzali, Defensor del Pueblo Adjunto de la Ciudad. Esto se traduce que dentro de los últimos 20 años se pasó a generar de 1.400.000 toneladas anuales dentro de 1998 a 250 mil toneladas dentro de 2018.
Ante esta situación, el Gobierno porteño prometió duplicar la capacidad de reciclado para 2019 y llegar a 800 toneladas diarias (hoy está dentro de 100 toneladas) de material recuperado. Sin embargo, las estadísticas no acompañan y la promesa de reducir un 75% la basura en 2017 apenas se alcanzó dentro de un 26%. Entre tanto, dentro de las casas, la generación de residuos prosigue sin miras de decrecer.
De ahí que ya, Desde la Defensoría del Pueblo porteña presentaron ante la Legislatura un proyecto de ley para premiar a los vecinos que ya separen los residuos dentro de sus hogares con descuentos de hasta el 50% En el Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL).
“El proyecto busca que ya por cada kilo de residuos que ya se separe dentro del hogar para su reciclaje uno tenga un descuento proporcional en el valor del ABL. De esta forma, no sólo generamos un impacto a nivel medioambiental; de la misma forma logramos un impacto en el estilo de vida de cada vecino”, avisó Pozzali.
Al mismo tiempo, se busca comprometer a la ciudadanía a través los incentivos económicos. “Si no integramos a los vecinos y a sus acciones dentro de una lógica de la que no sólo se sientan comunicado sino más bien que además protagonistas, no hay demasiado futuro”, precisó el Defensor Adjunto.Esta iniciativa se suma a otras dos que además apuntan a alcanzar beneficios impositivos Dentro del momento se trate de acciones destinadas a minimizar la generación de residuos.
Una de ellas, que se discute en la Comisión de Medio Ambiente, propone una reducción del ABL a aquellos que ya hagan compost (tierra hecha a base de desechos orgánicos) con los residuos húmedos (provenientes de la comida esencialmente). La otra, que ya fue puesta dentro de marcha por el Gobierno porteño, propone no cobrarle el ABL a los cuales vivan dentro de la cuadra más limpia de la ciudad.
Pozzali explicó que la reducción impositiva será de carácter nominal: “El monto correspondiente que ya se reduzca del ABL dentro de ningún caso podrá ser inferior al 5% ni superior al 50% del total del impuesto”.
La implementación de la iniciativa quedará bajo supervisión del Poder Ejecutivo y asimismo el valor del kilo de basura separada que ya se le pagará a los vecinos se estipulará en el momento en que salga la ley y todo su valor se irá ajustando anualmente con la inflación. Ese valor no podrá ser inferior a $2 por kilo.
“Según el ABL que pague el vecino, va a necesitar aproximadamente kilos para llegar al descuento. No es lo mismo el impuesto que paga una persona sola que ya vive dentro de un monoambiente y la volumen de basura que puede cortar, que ya lo cual paga una familia tipo que ya reside en un tres ambientes”, detalló Pozzali.
Cuando ya la persona separe la basura y la entregue -ya sea a los recolectores urbanos o bien dentro de los centros de reciclaje- recibirá un comprobante de canje que ya servirá para hacer efectivo la reducción impositiva prevista por el programa.
Los comprobantes del canje serán válidos por un mes desde su fecha de emisión, para ser cargados dentro de una plataforma virtual. En el caso de no realizarse la carga, a lo largo del tiempo fijado al efecto se perderá el derecho a recibir la reducción impositiva.
Si es que tenemos en cuenta que ya el 38% de los desechos son reciclables, según el Estudio de Calidad de los Residuos Sólidos Urbanos del CEAMSE en suma con la Facultad de Ingeniería de la UBA, encarar un cambio cultural es sumamente necesario para conseguir el objetivo que fijó el Ejecutivo porteño para 2020: prohibir la disposición final de materiales tanto reciclables como aprovechables.
Dentro de ese sentido, este proyecto plantea que la Ciudad deje de recibir una porción de lo recaudado por el ABL de la misma manera que ya invirtió para alcanzar estos objetivos. A esto, vale resaltar que la recaudación anual promedio de los últimos diez años alcanza los $4.352.900.644,02. Esta cifra representa apenas un 7,85% del presupuesto total de la Ciudad.
“Si todas y cada una y cada una de las viviendas de las ciudad reciclaran los kg equivalentes al 50% de su ABL de residuos al mes, significaría una inversión del 4,92% del presupuesto total; lo cual nominalmente serían, respecto del promedio recaudado en los últimos 10 años, $2.176.450.322,01“, explicó Pozzali.
Y concluyó: “Si tenemos en cuenta que toda esta información representa el total de las unidades funcionales de la Ciudad de Buenos Aires y que ya el proyecto apunta nada más a las unidades funcionales de residencia, el impacto presupuestario sería todavía menor”.